viernes, 3 de abril de 2009

Técnica literaria versus espontaneidad (v1)

En este mismo documento ya se aludió antes a esta cuestión: «¿Mientras escribe, mientras trata de concretar una obra literaria, el escritor haría bien en tener muy presentes las diferentes teorías literarias así como los consejos y las estrategias que de ellas se emanan, o por el contrario y por encima de todo, el creador literario debería dar prioridad a la espontaneidad de su narrativa?»

Bueno, está claro que esta pregunta no debería tener una respuesta categórica. Siempre debe recordarse que cada escritor por sí mismo va desarrollando su propia personalidad y su propia capacidad como artista, y que lo que bien acomoda a unos, incomoda a otros: “Cada maestro con su librito”.

No obstante lo dicho y en líneas generales, en lo personal se nos ocurre que es mejor mantener la libertad y la espontaneidad durante el proceso creativo, y no contaminar el mismo forzando exageradamente el uso de tal o cual recurso, o la aplicación de tal o cual técnica.

En todo caso y durante la imprescindible etapa de mejoramiento y de corrección de un escrito literario, allí sí podría ser oportuno introducir (con moderación y prudencia) ciertas modificaciones parciales basadas en alguna teoría, o basadas en una sugerencia avalada por la experiencia de alguien. O por el contrario, durante esta etapa posterior de corrección y evaluación, se podría apreciar el conjunto de lo escrito, verificando entonces sus falencias según lo anotado por una determinada teoría, y según este resultado se podría o bien retener la propuesta, o bien cambiar drásticamente el estilo o el enfoque, o bien incluso desechar el escrito por mediocre y sin méritos.

En resumen y como consejos personales, se sugiere aplicar teorías literarias y técnicas recomendadas, pero siempre hacerlo con moderación, con criterio y de manera no forzada, por aquello que señala que lo que abunda puede aburrir o puede indigestar. Además, es razonable y sensato pensar que la aplicación de teorías y de técnicas no debería interferir demasiado, ni con la espontaneidad creativa del escritor, ni con su libertad de enfoque.

Como evaluación final de una narración, siempre podría ser bueno responder a las siguientes preguntas: ¿Por qué digo esto a los lectores? ¿De qué puede servirles la lectura de este escrito? ¿En qué mejoran los lectores que conozcan la historia, y qué podrían perder aquéllos que no la conozcan? ¿Qué mensajes, qué consejos, y/o qué experiencia, pueden llevarse los lectores luego de leer o de escuchar la obra?

Como ejercicio práctico para los lectores consecuentes, se sugiere desarrollar una narración donde se describa un entorno, o una pintura, o un sentimiento de alguien, o un estado de ánimo, pero esto hacer dando indicios a los lectores, para que ellos mismos puedan hacer un buen posicionamiento de tiempo y espacio, así llegando a la conclusión adecuada, y sin que al principio o al final o en el cuerpo del escrito, directamente se diga con una o dos palabras de qué se trata.

Por ejemplo, se podría hacer una buena descripción de un baño turco, sin decir directamente en el escrito que se trata de un baño turco; en este caso el efecto o resultado que se desea lograr, es que indubitablemente el lector deduzca por sí solo que el escrito alude a un baño turco.

Algo análogo podría intentar lograrse con la descripción de un paisaje de campo, tratando que el lector deduzca la estación del año a la que indirectamente se alude.

Algo análogo podría intentar lograrse describiendo un estado de ánimo (por ejemplo tristeza), o una acción que se inicia (por ejemplo salir hacia una fiesta), o una enfermedad (por ejemplo viruela), o apreciación de una obra arquitectónica o de una novela (por ejemplo aceptación, rechazo, crítica), etcétera, etcétera, etcétera.

El lector que haga este ejercicio podrá circunscribirse a únicamente desarrollar la descripción solicitada, o podrá insertar esa descripción en una narrativa más amplia. De todas formas y en este último caso, se exigirá que lo que prime sea la descripción objetivo, y no el resto del escrito.

Y continuando con nuestro estilo de presentación, en las próximas secciones con la grifas “V3”, “V4”, “V5”, se presentan algunos escritos que en alguna medida responden al desafío aquí propuesto, aunque también podrían sugerir otro nuevo.

Y en la sección inmediata siguiente se señalan otras cuestiones relativas a las posibles condiciones favorables de las que debieran rodearse los creadores, para así mejor desarrollar su producción literaria. En particular, allí se alude a algunas ventajas que podrían obtenerse cuando un escritor participa activamente en un taller literario.

2 comentarios:

Unknown dijo...

hola mi mail es patobeccar@hotmail.com

...sabes que me dijieron que si voy a un taller literario aca en bs as argentina puedo perder el sentido de espontaniedad de mis relatos, recien empieso con esto de escritor...me da un poquito de miedo esto...que tanto de verdad hay?

Unknown dijo...

hola mi mail es patobeccar@hotmail.com

...sabes que me dijieron que si voy a un taller literario aca en bs as argentina puedo perder el sentido de espontaniedad de mis relatos, recien empieso con esto de escritor...me da un poquito de miedo esto...que tanto de verdad hay?